martes, 23 de febrero de 2016

Importancia de la CONFIANZA para el AMOR



Don Bosco un Gran Santo, es para nosotros como Aliados de Dios y como jóvenes un ejemplo a seguir, por sus muchas cualidades, pero ahora quiero profundizar en una que me parece de las más importantes y que al conocer la vida de Don Bosco me llamó grandemente la atención, me refiero a la confianza.

A primera vista, se escucha muy bonito el decir, que debemos confiar en los demás, pero por mi experiencia y estoy seguro no me dejaran mentir, aprender a confiar no es nada fácil.
Primero me gustaría apuntar que estoy convencido de que todos tenemos esa capacidad, y es una capacidad muy hermosa y tal vez de las más grandes que tenemos como personas, podríamos llamarlo un Don de Dios, y que forma parte del hecho de que nos creó a su imagen y semejanza, es decir capaces de confiar.

El ejemplo básico de confianza, está en un niño en brazos de sus Padres, esta confianza parece que se da de forma natural. Podemos decir que estamos naturalmente configurados para confiar.
Pero también descubrimos que debido a las experiencias esta capacidad se va perdiendo o más bien dificultando, y esto sucede porque la confianza es muy frágil, es decir es muy fácil de perderse, y a la vez difícil de recuperarse, esto me parece porque en una relación de confianza no se pone en juego solo lo exterior de la persona sino lo más profundo de ella.

Esto nos lleva a comprender que de alguna manera, la confianza es una actitud de apertura al otro, pues confiar es exponerme ante el otro, ya sea para ser amado y reafirmado o ya sea para ser dañado, y todo esto de una manera profunda.


De aquí podemos sacar algunas conclusiones, la primera es que la confianza es condición indispensable para sentirme y saberme amado, ya que como vimos es apertura, es decir dejar al otro amar lo más profundo de mi ser. Pero también comprendemos que al confiar esto estamos corriendo un riesgo, el riesgo de ser dañados.

Es por eso debido a eso, que la confianza necesita siempre una respuesta favorable, es decir, la respuesta de ser amada, ser valorada, etc. Pues es principalmente una apertura al amor. Pero al no percibirse esta respuesta o al no darse (digo percibirse porque puede ser que nuestros prejuicios y percepciones erróneas, no lleven a no descubrir esta respuesta favorable), la persona se cierra, como un mecanismo de protección, y como en todo las cosas que repetimos se van convirtiendo en formas de vida. 

Por eso podemos decir que una persona que confía está preparada para recibir amor, mientras que una persona cerrada está condicionada a no recibirlo, esto lo podemos descubrir en los casos de personas que han tenido una vida difícil y a los cuales les cuesta en gran medida confiar.

Antes de continuar hay que entender otro aspecto esencial de la confianza y es que esta no se da por sí sola, sino que está ligada a nuestra persona, es decir al final de cuentas el que decide confiar o no confiar, tomar una actitud de apertura o cerrarse, soy “yo”, mi ser es antes que la confianza, por lo tanto siempre capaz de actuar sobre ella, es por eso que por más que nos hayan fallado y por más cerrada que este nuestra persona, siempre con un acto de libertad podemos, confiar otra vez. 

Aunque esto como ya hemos mencionado se dificulte en gran manera debido a la necesidad de protegernos y más cuando hemos sido gravemente traicionados.


Por esta misma razón nunca podremos hacer que alguien confié, pues esa es una decisión personal, pero lo que si podemos es ayudarlo a hacerlo, y ¿cómo? Me parece que la mejor manera es confiando en ellos, cuando confiamos en alguien, le damos esa capacidad de cambio, es como hacerle ver que “si yo puedo tu puedes también” y de alguna forma recordarle su capacidad, como dijimos, natural de confiar.

Hay otra cosa que me parece nos ayuda a entender mejor la confianza, y esta es que, por así decirlo, ilumina nuestras virtudes o capacidades, es como si de repente al confiar en nosotros mismos, nos diéramos cuenta de que contamos con muchas herramientas para afrontar las situaciones de la vida, la oportunidad de crear, de construir y de crecer y de cambiar. Y siguiendo el mismo razonamiento, el confiar en los demás es poner luz en ellos, para descubrir sus virtudes, dones capacidades, etc.

Creo que Don Bosco comprendió muy bien estas cosas, descubrió que la confianza surgía de él, y lo capacitaba para sentirse grandemente amado, y como consecuencia si él quería que los jóvenes recibieran el amor de Dios necesitaba enseñarlos a confiar, y lo hizo de la mejor manera, confiando hasta las últimas consecuencias, confiaba tanto en los jóvenes que a veces lo criticaban de iluso, pero el tenia esta firme convicción de que solo ese era el camino correcto para que ellos descubrieran el verdadero Amor.

Construir la confianza no es un camino fácil, pero si queremos realmente experimentar el amor, es un camino necesario, aprendamos de Don Bosco a confiar, primero en nosotros mismos y por ende en los demás, así estaremos construyendo un mundo nuevo, un mundo en el que podemos Amar y ser Amados.



Javier Benavente MFJ

martes, 2 de febrero de 2016


La mejor manera de convencer a los demás para que se acerquen a Dios


“No sé cómo evangelizar” es a la conclusión que muchos de nosotros llegamos al fallar en el intento de acercar a Dios a algún familiar o amigo. A veces se nos dificulta mucho el tener las palabras necesarias o los argumentos adecuados para que los demás comprendan el amor que le tenemos a Dios y presentar las pruebas de su existencia, pero nos olvidamos que la experiencia de Dios es meramente personal y no podemos hacer sentir y comprender a los demás lo que nosotros sentimos y comprendemos, pues necesitan tener su propio encuentro con Dios. Lo que sí podemos hacer nosotros es ser luz para iluminar a los demás, evangelizar sin palabras sino con acciones, transmitir todo lo que nos conduce a Dios y propiciar un ambiente basado en la confianza para que la otra persona esté libremente dispuesta a conocer a Dios.




Es muy importante ser creativos al momento de evangelizar, recordando que la creatividad no es simplemente el hecho de hacer cosas diferentes, sino de hacer cosas nuevas: crear. Cuando Dios nos creó en el origen, nos hizo a su imagen y semejanza; esto quiere decir que nos comparte su acción creadora, haciéndonos capaces de que nosotros siendo creaturas, seamos creadores también.


Por el hecho de que la creatividad es una característica de Dios, también se entiende como una característica del amor: el amor nos lleva a ser creativos, es decir, a crear cosas nuevas. Quien se llena del amor, necesita encontrar una manera de expresarlo sin limitarlo. Es por eso que quien se llena del amor de Dios, consecuentemente podrá expresarlo de manera nueva y fresca a los demás. Aquí está la clave para ser creativos al evangelizar a los demás: nuestra relación con Dios.


San Juan Bosco comprendió este aspecto muy bien en su lucha y esfuerzo por llevar a los jóvenes y niños hacia Cristo, dejó a un lado las rutinas y la marcada separación entre la Iglesia y el pueblo; iba a las calles a estar con los muchachos, los visitaba en sus trabajos, los apoyaba y les daba de comer, los visitaba a las cárceles, les enseñaba a leer y escribir, los divertía y entretenía, etc… En su autobiografía comenta: “Los sábados iba a las cárceles con los bolsillos llenos de cigarrillos, de frutas, o de galletas con el objeto de conquistar a aquellos chicos que tenían la desgracia de ser encarcelados y asistirlos así de alguna manera, y hacérmelos mis amigos y lograr que vinieran al Oratorio cuando salieran de aquel lugar de castigo” (Sálesman 125). Así como San Juan Bosco se sumergía en los ambientes de aquellos muchachos sin ser de ahí, de la misma manera nosotros estamos en el mundo sin ser del mundo; por eso podemos valernos de muchísimas herramientas y medios de este mundo para llevar a Dios que no es de este mundo.




Probablemente muchos se sigan preguntando “entonces, ¿cómo le hago? ¿qué debo hacer exactamente?” La respuesta para cada uno es personal y está en su corazón. Dios nos da una misión a cada uno, y nosotros al ser únicos, nuestra creatividad también es única en respuesta a su amor. Vivimos en un mundo donde hay muchas cosas que se pueden usar a nuestro favor: las redes sociales, el arte, el deporte, la juventud, las familias, la educación, los juegos, la cultura, la ciencia, la tecnología, la moda, el trabajo, y así muchísimas otras cosas. En virtud de ese amor de Dios que mora en el corazón de cada uno de nosotros, podremos poner en acción la evangelización creativa. Cristo no se limita a ser solamente espiritualidad, ni solamente diversión y juegos, ni solamente inteligencia y conocimiento: Cristo lo abarca todo y sobre todo, por eso podemos llevarlo a todos lados.


Comprendiendo todo esto, es importante tener en cuenta que al evangelizar no venimos a imponer nada a nadie, sino a compartir todo lo que tenemos, que es Dios. Cristo no vino a imponer una religión o una creencia, vino a compartir lo que es: el amor. ¡Es tu turno de llevar a Dios a los demás!


Bibliografía:

Sálesman, Eliécer. Autobiografía de San Juan Bosco, memorias del oratorio. Editorial Centro Don Bosco. 6ta edición. Año 2010.



Roman Martínez MFJ