¿Porqué el Paternalismo es incompatible con la Misericordia?
Estamos iniciando el Año de la
misericordia y me ha parecido prudente, poder ir descubriendo lo que realmente
es, pues siento que en general es un término al cual se le tiende a reducir de muchas
maneras, es decir a no comprender todo lo que esta implica tanto en teoría como
en práctica.
Uno de los aspectos que me gustaría
recalcar es que considero que no podemos
reducir el ser misericordiosos solo a saber perdonar, pues, aunque es
cierto que el perdón es un fruto de la misericordia, no se puede decir que son
lo mismo.
A mi parecer hay algo más esencial
en la misericordia y esto es que esta implica el encontrarse con la dignidad,
bondad y valor de cada persona, incluso de aquellas que no logran descubrir
este valor bondad y dignidad de sí mismas, y ¿a qué nos lleva esto? A descubrir que por el simple hecho de ser persona todos tenemos la capacidad de
hacer el bien, tanto a nosotros como a los demás, aun a pesar de habernos
equivocado, haber fallado o realizados acciones, moralmente malas o hasta
inhumanas, todos tenemos esa capacidad de ser conscientes y desde el presente
comenzar a tomar decisiones correctas, decisiones encaminadas a amar. Esto me
parece significa la misericordia, encontrase
con aquello que está en el fondo de cada persona, y que, al descubrirse, abre
las puertas al perdón como medio para que la otra persona descubra su propio
valor y bondad.
Como podemos ver en la parábola del
hijo prodigo, en la que el Padre no solo perdona a su hijo, sino que le ayuda a
descubrir su dignidad de Hijo suyo, aun a pesar de que él ya no se sentía digno,
en este caso vemos como la misericordia no se limita al perdón, sino que va más
allá.
Cada persona guarda dentro de sí un
sin número de capacidades, para realizar tareas, para aprender, para decidir,
pero la más importante de todas, es que somos capaces de amar, pero cada una de
ellas es necesario irla desarrollando, es por eso que alguien misericordioso, busca desarrollarse a sí mismo, en especial en
el amar, y de la misma manera busca que los demás lo hagan también.
Por eso es que la actitud que
llamamos Paternalismo, es contraria a la de la misericordia, pues mientras en
una, el paternalismo, se desvaloriza a
la persona, considerándola incapaz de hacer muchas cosas y de superar
dificultades, por lo que se intenta hacer todo en vez de ella o dejarle solo
las cosas fáciles, en la otra, la misericordia, se busca crear el ambiente
de crecimiento y desarrollo.
Y que mejor manera de crecer que
ante los retos y dificultades pues, basta con pensar en alguna dificultad que
hayas superado, seguramente descubriste gracias a ella que eres capaz de hacer
cosas que no imaginabas.
En conclusión, el Paternalismo,
aunque pudiera parecer una actitud buena y misericordiosa, es todo lo contrario,
pues al privar de dificultades, se priva
a la persona de un ambiente de crecimiento, de realización y por lo tanto de
valoración de la propia dignidad.
Por eso este año de la
misericordia, es bueno tomar en cuenta que ser misericordioso no es dar todo a
los demás de tal manera que no se tengan que esforzar en nada, es más bien
demostrarles la confianza que les tenemos, dejándolos resolver por ellos mismos
sus problemas, sabiendo que cuentan con nuestro apoyo, pero nunca resolviendo
las cosas por ellos y esa es una actitud de misericordia.
Así mismo crear ambientes que
inviten a los demás a crecer en cualquier aspecto, así también crear espacios
en los que se respete y valore a los demás tal como son, pues una persona misericordiosa es alguien que crea
espacios libres para crecer y a su vez impulsa y motiva a los demás a valorar
su persona y a desarrollar sus capacidades.
Javier Benavente MFJ